Tengo 30 años, soy consumidora de la formación pública y soy de esas personas a las que se le vendió que si te esfuerzas y te formas, tendrás un futuro. Durante 10 años he recorrido Extremadura, formándome, trabajando y éste es el resultado:
“El trabajo es trabajo”- Decían. Precario, mal pagado, y muchas veces sin registrar pero ayuda a llevar dinero a casa. A día de hoy, mi cotización es un chiste, las categorías laborales nada tienen que ver con el puesto desempeñado (o con esos estudios que tanto costaron), las jornadas de trabajo ni se parecen a las de la ley y jamás he sido mileurista, pero sí sé lo que es trabajar como uno.
“El voluntariado te ayuda a ganar experiencia”- Decían. Tengo una gran experiencia en mi sector, he trabajado y desarrollado mis habilidades y conocimientos aprendidos, realmente los trabajos que más feliz me han hecho y en los que he sentido que era una ciudadana útil y activa para mi comunidad. En una década nadie ha tenido esa experiencia en cuenta a la hora de obtener un trabajo, por mucho que los departamentos de orientación laboral te digan que es experiencia, no lo es. El sistema no la contempla, ni le da valor.
“El emprendimiento es el nuevo futuro”- Dicen. Aquí viene la respuesta para generación mejor preparada de la historia. Coge toda tu energía, tiempo, conocimientos y el dinero que invertiste en tu futuro y dobla la apuesta (si aún no has empezado, estás a tiempo de hacerlo bien). Busca dinero, de tu familia, amigos, entidades varias (que se ganan la vida gracias a gente que no tiene dinero), saca dinero de donde sea, y juégatelo todo a una carta. Nos Piden que generemos nuestro propio trabajo. Con suerte, te arreglas la vida, no jodes al resto y de paso generas otros puestos de trabajo, y así le arreglas el futuro a los que no pueden darnos un presente.